Todo está lejos. Todo es una copia, de una copia, de una copia.

miércoles, septiembre 21, 2005

El que quiere y no puede (o no lo dejan) ser candidato.


Entre los requisitos para ser candidato a la presidencia se incluye la resentación de 35.000 firmas de apoyo registradas ante notario. Resulta que Aucán Huilcamán se presentó a inscribir su candidatura con las 35.000 pero de las cuales poco más de 1.300 solamente estaban legitimizadas por notaría. Argumentó que las personas que firmaron no tenían dinero para pagar un notario, que las notarias estaban atestadas de trabajo y que en definitiva habían sido burocráticamente discriminados. Acusó al sistema electoral de elitista y perverso y se dirigió a La Moneda, acompañado por Tomás Hirsch (con este "gesto" espera ganar los votos de Huilcamán si es que no le va bien, obvio), a exigir una ley urgente que le permita validar su candidatura con las firmas válidas que posee. Una ley como la que permitió el 2001 la inscripción de los candidatos demócrata cristianos. Es cierto, exigir 35.000 firmas validadas ante notario es carísimo y por tanto una forma de discriminación a quién no puede pagar, pero por otro lado si las firmas no son validadas pueden ser facilmente falsificadas, y si no se exigieran podriamos tener facilmente un millón de candidatos a presidente por elección (obviamente a nadie le interesa buscar otra forma tampoco). Hay que tomar en cuenta también que en las presidenciales el voto es directo, o sea no corre el sistema binominal, por lo que los partidos se hacen importantes sólo en cuanto a lo que pueden aportar para la campaña y son ellos los que financian este tipo de cosas, no deja de ser injusto, pero por alguna parte se tiene que cortar el paño (aunque siempre es por el lado que más le conviene al sastre). Estamos de acuerdo en que lo del 2001 fue muy carerraja y sentó precedentes para que cualquiera que se equivoque en la inscripción exija una ley urgente, pero no es lo mismo equivocarse que no cumplir con los requisitos. No sé, me parece super bien que existan candidatos que representen a quienes no se ven reflejados en los partidos tradicionales, es lo ideal, pero no se puede hacer a la chacota, si no eres capaz de conseguir las firmas mínimas para presentarte es obvio que no vas a ganar, los cambios hay que hacerlos de forma radical y seria. ¿Para qué presentarse si nadie va a votar por tí?, o sea ¿Ganó algo Frei Bolivar, el cura Pizarro o la vieja ecologista aparte de una burla? El sistema fue hecho por los que están en el poder para no perderlo jamás, no se puede ganar una partida de poker cuando el que reparte tiene todas las cartas marcadas desde siempre y se las sabe de memoria para más remate, y menos si más encima ni siquiera sabes jugar o quieres copiar y hacerle trampas a los que siempre han sido tramposos