Todo está lejos. Todo es una copia, de una copia, de una copia.

viernes, septiembre 30, 2005

Qué hacer un fin de semana con luca en stgo si vives solo



No es tan terrible, pero tampoco eres mcpato. Descarta el carrete, aunque sea gratis el puro pasaje en micro te dejará sin comer, mejor ni pensar en eso. Calcula y deja aparte los 120 pesos para la micro del Lunes. El resto compralo en comida. Recomiendo comprar hartas marraquetas, mortadela (lisa, obvio)y unos 4 tomates (siempre que el kilo esté a menos de 400 pesos). Si de todo esto algo sobra, la harina tostada no es un mal componente. Y listo, se fué la luca, así que olvídate de salir más lejos que a caminar por tu barrio, reza para que en la tele den algo bueno, agarra un buen libro, escribe, haz, en definitiva, cualquier cosa que sea absolutamente gratis y vive un fin de semana de austeridad y meditación... medita sobre por qué no te pones a trabajar. Ah, y ojalá tengas plata en el celular, porque de algún modo hay que avisar que te quedaste sin ni uno.

miércoles, septiembre 28, 2005

Todos queremos el tesoro


Se supone que en Juan Fernandez encontraron un tesoro pirata, se supone que son 10.000 millones dd dólares en más de 800 toneladas de oro, joyas, etc. Se supone, también, que hay joyas históricas y casi legendarias (un brazalete de Atahualpa, anillos papales, joyas reales, la rosa de los vientos, etc.) y la empresa que dice haberlo encontrado se niega a dar la ubicación hasta que se aclare el litigio de qué hacer con tanta riqueza (como el pendejo que se pica en la pichanga y se lleva su pelota). El departamento de monumentos históricos dice que todo es del estado (obvio, tamaño tesoro alcanza para pagar el 25% de la deuda externa), otros, más altruístas, dicen que la mitad es para el estado y el resto, para los pobres del país y para un museo itinerante, países como Francia, España o Italia están esperando que saquen el tesoro para reclamar lo que les robaron los corsarios. Y así, ideas van y peleas vienen, pero entre todas surgió una simpática idea: que se reparta todo entre todos los chilenos, que los 15 millones recibamos una tajada del tesoro (como 400 lucas para c/u), así que todos tenemos derecho a reclamar por nuestra parte del tesoro, aunque, como cuando agoniza el familiar rico, todos se reparten la herencia antes que muera y pelean con muelas y dientes por un pedazo, ahora todos se reparten el tesoro antes de desenterrarlo, así que, ¡vamos todos a la repartija!. Yo exijo mis 400 lucas. (por otro lado, ¿qué hará Saint-Jean cuando encuentre el tesoro que está buscando en Ramirez?)

sábado, septiembre 24, 2005

La ciudad


La ciudad
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Dijiste: "Iré a otra tierra, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón -como un cadáver- sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".
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Nuevos lugares no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda la tierra la destruiste.
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Otro poema de Kavafis, para todos los que hayan escapado o, mejor dicho, intentado escapar de una ciudad.

miércoles, septiembre 21, 2005

El que quiere y no puede (o no lo dejan) ser candidato.


Entre los requisitos para ser candidato a la presidencia se incluye la resentación de 35.000 firmas de apoyo registradas ante notario. Resulta que Aucán Huilcamán se presentó a inscribir su candidatura con las 35.000 pero de las cuales poco más de 1.300 solamente estaban legitimizadas por notaría. Argumentó que las personas que firmaron no tenían dinero para pagar un notario, que las notarias estaban atestadas de trabajo y que en definitiva habían sido burocráticamente discriminados. Acusó al sistema electoral de elitista y perverso y se dirigió a La Moneda, acompañado por Tomás Hirsch (con este "gesto" espera ganar los votos de Huilcamán si es que no le va bien, obvio), a exigir una ley urgente que le permita validar su candidatura con las firmas válidas que posee. Una ley como la que permitió el 2001 la inscripción de los candidatos demócrata cristianos. Es cierto, exigir 35.000 firmas validadas ante notario es carísimo y por tanto una forma de discriminación a quién no puede pagar, pero por otro lado si las firmas no son validadas pueden ser facilmente falsificadas, y si no se exigieran podriamos tener facilmente un millón de candidatos a presidente por elección (obviamente a nadie le interesa buscar otra forma tampoco). Hay que tomar en cuenta también que en las presidenciales el voto es directo, o sea no corre el sistema binominal, por lo que los partidos se hacen importantes sólo en cuanto a lo que pueden aportar para la campaña y son ellos los que financian este tipo de cosas, no deja de ser injusto, pero por alguna parte se tiene que cortar el paño (aunque siempre es por el lado que más le conviene al sastre). Estamos de acuerdo en que lo del 2001 fue muy carerraja y sentó precedentes para que cualquiera que se equivoque en la inscripción exija una ley urgente, pero no es lo mismo equivocarse que no cumplir con los requisitos. No sé, me parece super bien que existan candidatos que representen a quienes no se ven reflejados en los partidos tradicionales, es lo ideal, pero no se puede hacer a la chacota, si no eres capaz de conseguir las firmas mínimas para presentarte es obvio que no vas a ganar, los cambios hay que hacerlos de forma radical y seria. ¿Para qué presentarse si nadie va a votar por tí?, o sea ¿Ganó algo Frei Bolivar, el cura Pizarro o la vieja ecologista aparte de una burla? El sistema fue hecho por los que están en el poder para no perderlo jamás, no se puede ganar una partida de poker cuando el que reparte tiene todas las cartas marcadas desde siempre y se las sabe de memoria para más remate, y menos si más encima ni siquiera sabes jugar o quieres copiar y hacerle trampas a los que siempre han sido tramposos

viernes, septiembre 16, 2005

Leyendo a Kavafis


Tengo en mis manos las obras completas de Kavafis. Tal vez no sea la cumbre de la poesía como a muchos les gusta proclamar. Es más, tal vez todo este furor sólo sea producto de una moda, porque sacar a Kavafis en una conversación es tan bien visto como mentar a Frank Zappa o Glaubert Rocha, por lo que espero que también sea bien visto mentarlo en el blog (que snob). Pero lo cierto de todo es que Kavafis a veces es como un vaso de vino, otras como un buen cigarro, otras como una patada en los cocos, o como comer mierda. Nunca se sabe si te va a ir bien o mal cuando te acercas a un poema de Kavafis, tal puedes quedar feliz con ganas de gozar o salir corriendo a llorar, o sentir que es un ataque personal que alguien escriba algo así. Lo cierto es que con él los parámetros técnicos o teóricos no van al caso, cada poema es un todo o un nada, que no se relaciona con los demás más que por estar hechos en verso, tan bien se puede mover hablando del vino como de la batalla de las Termópilas para, en pocas hojas, pasar a describir el segundo antes del suicidio, además, como buen griego, sigue con la misma convicción tanto a Dionisio como a Apolo. Kavafis es un maldito, un romántico, un barroco, un gótico y un representante de la poesía clásica griega del siglo V a.c. entre otras cosas, pero es esta falta de unidad, este desdén ante cualquier estilo, esta imposibilidad de clasificarlo lo que lo hace impresindible. Para que los que no lo conocen le vayan tomando el gusto aquí van unos cuantos poemas (en español porque no sé griego):
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Fui
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Me desaté. Me abandoné del todo y fui.
Hacia los placeres, que medio reales,
medio imaginados en mi cerebro estaban,
fui en la noche iluminada.
Y bebí licores fuertes, como
los que beben los temerarios de la voluptuosidad.
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En la calle
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Su simpático rostro, un poco pálido;
sus ojos castaños, como cansados;
veinticinco años, aunque aparenta más bien veinte;
con algo de artístico en su vestir
-tal vez el color de la corbata, la forma del cuello-
camina sin rumbo por la calle,
como hipnotizado aún por el placer prohibido,
por el tan ilícito placer que recién alcanzó.
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La vitrina de la cigarrería
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Junto a una iluminada vitrina
de una cigarrería estaban, entre otros muchos.
Casualmente sus miradas se encontraron,
y el ilícito deseo de sus cuerpos
expresaron tímidamente, con vacilación.
Después, unos pocos pasos inquietos en la acera -
hasta que sonrieron, y se hicieron una leve seña.
Y entonces ya el coche cerrado...
el acercamiento sensual de los cuerpos;
las manos unidas, los labios unidos.
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El proximo año tomo el curso de griego, sólo para leer a Kavafis. Todos sabemos que la poesía pierde mucho en una traducción, por buena que sea. Pero en fin, lean a Kavafis.

miércoles, septiembre 14, 2005

Maldita canción

Ayer lloré, lloré como un niño sin más motivo que el simple hecho de llorar. Una canción que reventó mis ojos, una catarsis. La canción comenzó junto con mis lágrimas, la he escuchado muchas veces antes, la he cantado en la ducha y en la calle, pero ayer fue como si la escuchara por primera vez, como si en todo este tiempo no la hubiera vuelto a escuchar y apareciera de repente cargada de recuerdos. Pero no fue el recuerdo lo que motivó la reacción, fue algo que está más allá de todo eso, y por supuesto más allá de lo que puedo entender. Lloré y tuve que apretar stop, fueron 20 segundos, no más, y me levanté, tomé mi chaqueta y salí. Mientras caminaba por la calle con un cigarro, la estaba cantando, pero ahora una sonrisa se marcaba en mi cara. Ciertamente hay cosas que no se olvidan y, aunque no las tengas presentes en la mente, en algún otro lado quedan guardadas, listas para atacar cuando menos lo esperas. Rara cosa.

viernes, septiembre 09, 2005

Una noche (3ª parte, y tal vez final)


Entonces crucé la calle en busca de más cigarros. La lluvia se hacía cada vez más fuerte, pero no me podía ir a acostar con la problemática que aquella conversación había desatado. Es cierto, hay cosas que son más primordiales que otras, eso depende de cada quien, pero cuando tienes que elegir entre comer o no, las cosas van por un sólo camino. Todo esto pensaba mientras la lluvia hacía fiesta en mi cara y mi ropa. Entonces entré al primer bar que se apareció abierto, pedí un poco de vino y me senté con la cara entre las manos a pensar. ¿serán los vagabundos los únicos capaces de estar fuera del sistema?, o sea, muchos ni siquiera tienen carnet de identidad, no aparecen en el censo, realmente no son nadie, una especie de nihilismo social (en el sentido más estricto del nihil latino). No los admiro, soy demasiado cobarde como para salir a pelear por un poco de comida, pero los respeto profundamente. Ahora entiendo la cara de desprecio cuando llega un furgón de pendejos engrupidos a darles un pan y un café "por caridad", ahora entiendo por qué se niegan a ir a los albergues o a cualquier parte, es la libertad, la única libertad total, la cual, por supuesto, también implica la libertad de morir de frío en invierno o de enfermar irremediablemente, es como sacrificar todo, incluso a ti mismo, por estar afuera. Me di cuenta que había estado hablando con una persona valiente, no es un sabio ni nada parecido (tal vez todo lo contrario), sino un sobreviviente, alguien o muy valiente o muy estúpido o, tal vez, muy terco, pero un sobreviviente al fin...(hasta aquí lo dejo)

lunes, septiembre 05, 2005

Dalí para pasar la caña.




Hace mucho que no escribía nada, por lo menos pasamos agosto, pero mi crisis creativa no termina, así que haré lo que pueda para que esto no se estanque tanto tiempo. Por lo menos el tiempo lo he estado invirtiendo en cosas de gran provecho. De hecho el domingo, luego de perderme el partido de Chile, desperté a las cinco de la tarde, perdido, como se despierta a esas horas, y decidí levantarme e ir a pasear mi caña por un muy concurrido lugar. Ya eran las 6 cuando llegué a la Estación Mapocho. Había tanta gente que cualquiera hubiera pensado que se trataba de un recital, pero no, era este furor que demuestra que la gente sí responde cuando se le ofrece arte de nivel mundial. Ya había ocurrido con Rodin, y ahora con Dalí pasa lo mismo. Una exposición soberbia, 24 esculturas y 250 trabajos gráficos, todo un hito en Chile. La hora y media de cola, acompañadas de cigarros y conversaciones sobre el partido, se pagan con creces. Eso sí, es tanto el furor, tanta la gente, tantos los pendejos, las guaguas, etcetcetc. Que la única forma de disfrutar la exposición a cabalidad es con un buen walkman y muuuucha paciencia, nunca se logra intimidad, pero el nivel de las obras y la excelente producción estética del evento suplen las ansias casi desesperadas de una multitud que clama por arte de calidad. Hasta el 10 de octubre en la Estación Mapocho, tan imperdible como el recital de Pearl Jam. Ah se me olvidaba, cobran, pero bien lo vale, además el hecho de que no sea gratis y esté tan lleno es más meritorio.